riesgo de sufrir demencia!
Panza o barriga cervecera... Aunque hasta ahora ya se sabía que la grasa que se acumula en el abdomen puede ser un factor de riesgo para desarrollar diabetes, problemas coronarios o accidentes cerebrovasculares, un estudio ha relacionado por primera vez este factor con el riesgo de desarrollar demencia durante la vejez.
Un grupo de investigadores del grupo de estudio Kaiser Permanente (que incluye a ocho centros de EE.UU.) evaluó a más de 6.500 individuos cuando rondaban los 40 años (entre 1964 y 1973). Tres décadas más tarde, volvió a estudiarlos para comprobar cómo había afectado su perímetro abdominal cuando eran más jóvenes al riesgo de desarrollar demencia. Los resultados se acaban de dar a conocer en las páginas de la revista Neurology.
Al cabo de 36 años, el 16 por ciento de los participantes (más de 1.000 de ellos) había desarrollado alguna forma de demencia. Los individuos que tenían una cintura voluminosa pero un peso normal (según los cálculos del índice de masa corporal) tenían casi el doble de probabilidad de enloquecer (un 89 por ciento más de riesgo); las personas que además de un grandes rollos abdominales padecían sobrepeso tenían un 230 por ciento más de riesgo de a sufrir demencia, y en el caso de los obesos la probabilidad se elevaba hasta el 360 por ciento (eran tres veces más propensos). En el trabajo, una distancia de más de 25 centímetros entre la espalda y el abdomen se consideró elevada.
No lo fajen
Tener un gran mondongo no sólo multiplicaba el riesgo de Alzheimer u otros tipos de demencia independientemente del peso de los individuos, sino también de su estado general de salud y otros factores de riesgo cardiovascular.
Por otra parte, los participantes fumadores (que no eran de raza blanca), los que tenían alto el colesterol, sufrían diabetes o no tenían estudios universitarios eran los que más peligro corrían de peder la cordura.
La investigadora principal del trabajo, la doctora Rachel Whitmer, subrayó que “la obesidad abdominal puede ser un buen indicador de una serie de trastornos metabólicos que, a largo plazo, pueden afectar al riesgo de demencia”.
Sin embargo, el estudio no ha sido capaz de explicar claramente qué mecanismo están detrás de esta relación. Es posible –sugieren- que los rollos adiposos produzcan algunas sustancias perjudiciales que acaben dañando el cerebro de estos individuos.
"Las autopsias han demostrado que los cambios en el cerebro asociados a la enfermedad de Alzheimer pueden estar en los primeros años de vida adulta de un individuo. Y estos descubrimientos implican que los efectos perjudiciales de la obesidad abdominal para en el cerebro pueden comenzar a producirse mucho antes de que aparezca ningún síntoma de demencia", reveló la especialista.
Se considera que el perímetro de la cintura es un buen indicador de la grasa que se acumula alrededor de las vísceras del cuerpo que hay en el abdomen y cada vez son más las evidencias que relacionan esta morfología tipo manzana con diversas alteraciones metabólicas.
Panza o barriga cervecera... Aunque hasta ahora ya se sabía que la grasa que se acumula en el abdomen puede ser un factor de riesgo para desarrollar diabetes, problemas coronarios o accidentes cerebrovasculares, un estudio ha relacionado por primera vez este factor con el riesgo de desarrollar demencia durante la vejez.
Un grupo de investigadores del grupo de estudio Kaiser Permanente (que incluye a ocho centros de EE.UU.) evaluó a más de 6.500 individuos cuando rondaban los 40 años (entre 1964 y 1973). Tres décadas más tarde, volvió a estudiarlos para comprobar cómo había afectado su perímetro abdominal cuando eran más jóvenes al riesgo de desarrollar demencia. Los resultados se acaban de dar a conocer en las páginas de la revista Neurology.
Al cabo de 36 años, el 16 por ciento de los participantes (más de 1.000 de ellos) había desarrollado alguna forma de demencia. Los individuos que tenían una cintura voluminosa pero un peso normal (según los cálculos del índice de masa corporal) tenían casi el doble de probabilidad de enloquecer (un 89 por ciento más de riesgo); las personas que además de un grandes rollos abdominales padecían sobrepeso tenían un 230 por ciento más de riesgo de a sufrir demencia, y en el caso de los obesos la probabilidad se elevaba hasta el 360 por ciento (eran tres veces más propensos). En el trabajo, una distancia de más de 25 centímetros entre la espalda y el abdomen se consideró elevada.
No lo fajen
Tener un gran mondongo no sólo multiplicaba el riesgo de Alzheimer u otros tipos de demencia independientemente del peso de los individuos, sino también de su estado general de salud y otros factores de riesgo cardiovascular.
Por otra parte, los participantes fumadores (que no eran de raza blanca), los que tenían alto el colesterol, sufrían diabetes o no tenían estudios universitarios eran los que más peligro corrían de peder la cordura.
La investigadora principal del trabajo, la doctora Rachel Whitmer, subrayó que “la obesidad abdominal puede ser un buen indicador de una serie de trastornos metabólicos que, a largo plazo, pueden afectar al riesgo de demencia”.
Sin embargo, el estudio no ha sido capaz de explicar claramente qué mecanismo están detrás de esta relación. Es posible –sugieren- que los rollos adiposos produzcan algunas sustancias perjudiciales que acaben dañando el cerebro de estos individuos.
"Las autopsias han demostrado que los cambios en el cerebro asociados a la enfermedad de Alzheimer pueden estar en los primeros años de vida adulta de un individuo. Y estos descubrimientos implican que los efectos perjudiciales de la obesidad abdominal para en el cerebro pueden comenzar a producirse mucho antes de que aparezca ningún síntoma de demencia", reveló la especialista.
Se considera que el perímetro de la cintura es un buen indicador de la grasa que se acumula alrededor de las vísceras del cuerpo que hay en el abdomen y cada vez son más las evidencias que relacionan esta morfología tipo manzana con diversas alteraciones metabólicas.