Condimentar los alimentos, herramienta que favorece la pérdida de peso
Los investigadores afirman que los aditivos, condimentos y edulcorantes sin calorías incrementan la sensación de saciedad pero además le otorgan más sabor a determinadas comidas saludables características de las dietas. Luego de seis meses de sazonar "a gusto", los participantes bajaron en promedio 14 kilos.
Utilizar condimentos -edulcorantes y aditivos sin calorías- favorece la pérdida de peso pues no sólo facilita la elección de alimentos saludables que en su "estado natural" o mediante su "cocción tradicional" a veces no resultan tan tentadores o ricos; sino que además contribuye a incrementar la sensación de saciedad.
Esta es la principal conclusión a la que arribaron los investigadores integrantes de la
Smell & Taste Treatment and Research Foundation de Chicago, Estados Unidos, institución creada por el doctor Alan Hirsh, médico neurólogo y líder del estudio del cual participaron 2.436 personas obesas o con sobrepeso; y cuyos resultados generales presentados durante la reunión anual de la Sociedad de Endocrinología en San Francisco.
¿
Cómo?
De acuerdo con los responsables de la investigación, intensificar el sabor de los alimentos con condimentos y edulcorantes sin calorías es fundamental para alcanzar la saciedad en menos tiempo, y de esta forma, reducir la ingesta: "Cuando uno trata de brindarle a los chicos una alimentación completa y equilibrada que cumpla con todos los requerimientos nutricionales, lo que hace es justamente esto: buscar formas de incluir frutas y verduras, que suelen ser las más resistidas, de una forma que les puedan gustar, para volverlas más atractivas. Para eso se puede agregar, por ejemplo, una cucharadita de salsa blanca o bien queso gratinado", explicó la licenciada Claudia Fernández, jefa del Servicio de Nutrición del Instituto de Cardiología de la ciudad de Corrientes.
La especialista agregó que "con los adultos pasa lo mismo, sobre todo con aquellos que llegaron al sobrepeso o la diabetes por mala alimentación y poca actividad física. A muchos de ellos les falta fibra, entonces lo que tiene que hacer el profesional que los trate, siempre prestando atención a las características de cada paciente pues todos tienen una particularidad, es elegir opciones más tentadoras como por ejemplo hacer un soufflé, una tarta, un caldo o comprar un yogurt. Igualmente hay que prestar atención a las cantidades porque si como una porción de verduras con cinco fetas de queso no sirve. En cuanto a los aderezos comerciales que todos conocemos, la mostaza y el ketchup constituyen dos buenas variantes, así como también la albahaca, la nuez moscada o la pimienta, éstas últimas con cuidado cuando se trata de pacientes que sufren de gastritis, por ejemplo".
Investigación seriaPara comprobar esta hipótesis y a su vez brindarle a las miles de personas que hacen dieta una herramienta o un "truquito" que les permita favorecer la pérdida de peso, los científicos elaboraron un "Estudio de los estimulantes del gusto" en el cual se les solicitó a los participantes que agregaran condimentos a sus platos.
De esta forma, los involucrados sazonaron sus alimentos con aditivos dulces sin azúcar cuando se trataba de platos salados y a la inversa cuando el alimento era rico en endulzantes.
Si bien los grupos no sabían de que tipo de condimentos se trataba -si dulce o salado-, sí conocían los sabores que se adhirieron. Algunos de ellos fueron queso cheddar, queso parmesano, cebolla, rábano picante, cacao, banana, fresa o frambuesa.
Vale aclarar que tanto los participantes que condimentaron sus alimentos, como el grupo control compuesto por 100 hombres y mujeres que optaron por las comidas en su estado "natural", todos continuaron con sus dietas y ejercicios habituales mientras duró la investigación.
Al comienzo, los integrantes tenían un peso promedio de 94 kilos y un Índice de Masa Corporal (IMC) promedio de 34; pero luego de seis meses de condimentar "a gusto", experimentaron una pérdida promedio de 14 kilos y cinco puntos de IMC. Por su parte, en el grupo control, adelgazaron aproximadamente dos kilos y tuvieron una reducción del IMC de 0.3.
"Los integrantes del grupo de tratamiento perdieron más peso que los del de control debido a que los estimulantes del gusto los hacían sentirse más llenos con mayor rapidez, por lo que comían menos. Aunque también debemos tener en cuenta que otra de las ventajas consiste en mejorar el sabor de alimentos desabridos pero saludables como las verduras, por ejemplo, lo que resultaba en hábitos alimenticios más sanos", consignó el doctor Hirsh quién además indicó que, "mas allá de los condimentos, una opción útil a la hora de seguir una dieta es oler los alimentos, elegirlos cuidadosamente y masticarlos bien".
Para concluir, la licenciada Fernández puntualizó que "otro de los puntos importantes es la planificación porque de lo contrario, y por más buena voluntad que haya, teniendo en cuenta el poco tiempo del que todos solemos disponer, resulta imposible ponerse a cocinar opciones diferentes, creativas y saludables para cada comida. Si, en cambio, prevemos y preparamos las verduras con antelación vamos a poder armar platos que contengan todos los colores necesarios para asegurarnos un buen equilibrio de vitaminas y minerales".
Más información:
- The Endrocrine Society:
http://www.endo-society.org/- Smell & Taste Treatment and Research Foundation:
http://www.smellandtaste.org/