08 febrero 2008



Usted es lo que come y no cómo lo hace

Un estudio descubrió que comer porciones pequeñas y muy despacito, podría generar un descontrolor de la ingesta excesiva. De todas maneras, surgieron diferencias de criterios entre los científicos.

Dejar de comer demasiado podría tener más que ver con las elecciones alimentarias que con la porción ingerida, según halla un estudio reciente.
Un equipo del Hospital Infantil de Boston proporcionó a 18 adolescentes una comida rápida que contenía croquetas de pollo, papas fritas y una gaseosa en una de tres formas o en tres ocasiones diferentes: como una sola porción grande; dividida en cuatro porciones servidas a la vez; o divididas en cuatro porciones servidas cada 15 minutos.
Los autores se encontraron con que los adolescentes (cuatro varones y 14 mujeres que tenían sobrepeso) ingerían la misma cantidad de alimentos -alrededor de 1.320 calorías, cerca del 50 por ciento de la necesidad energética diaria- independientemente de la forma de presentación.
Es importante destacar que ninguno de los chicos se comió todos los alimentos proporcionados, lo que sugiere que comían hasta sentirse satisfechos, no “hasta limpiar el plato”.

El escenario


"No importaba si dividíamos [la comida] en cuatro porciones y se la dábamos al mismo tiempo, o si la dividíamos en porciones y la distribuíamos en intervalos de 15 minutos para ralentizar la ingesta -señaló Cara Ebbeling, codirectora de investigación en obesidad del hospital- Ingerían la misma cantidad de calorías totales en cada caso. Así que la conclusión es que el tamaño de la porción y la velocidad con que se come no afectó el consumo de calorías".
Los autores especulan que las cualidades nutricionales de la comida rápida (alta densidad calórica, muchas grasas y azúcares, relativamente poca fibra y un sabor simple) explica la tendencia de los sujetos a engullirlo todo.
Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista Pediatrics.
Connie Diekman, directora de la carrera de Nutrición en la Universidad de Washington en St. Louis y presidenta electa de la American Dietetic Association, señaló que el estudio era "muy interesante", que estaba "bien diseñado" y que en cierto modo era sorprendente.
"Hemos pensado durante mucho tiempo que si se controla el ritmo al que una persona come, ésta comería menos -dijo Diezman- Así que el hecho de que la ingesta de calorías fuera bastante consistente en los tres grupos es un hallazgo sorprendente".
Por su parte Lona Sandon, profesora asistente de nutrición clínica en la Universidad de Texas Southwestern, señaló por otra parte, que para ella no fue una sorpresa: "Hemos visto esto antes. Si pones alimentos delante de una persona, los comerá. Mientras mayor sea la porción, más comerá".
A su tiempo, Ebbeling enfatizó que "el tamaño de la porción", definido en este ensayo difiere del "control de porción", en la que se ofrece a la gente menos comida en total.
Los estudios han mostrado de manera consistente que cuando a la gente se le ofrece menos comida, tiende a comer menos, y la investigación actual no contradice de ninguna forma ese planteamiento, señaló.

Controversias

En cambio, este estudio tenía que ver con pistas visuales: A los sujetos de la presente investigación siempre se les ofrecía la misma cantidad de alimentos, sólo que se presentaban de manera diferente.
Pero, tomando en cuenta que el estudio incluyó solamente un tipo de comida, Sandon cuestiona la afirmación de los autores de que hay algo en la comida rápida que estimula a los individuos a comer más: "No podemos concluir nada significativo al respecto con este estudio, porque no compararon ningún tipo de alimentos", dijo.
Y se preguntó "¿Qué pasaría si a los niños se les ofreciera otro tipo? ¿Obtendríamos la misma respuesta?".
Diekman estuvo de acuerdo en que se necesitan hacer estudios más grandes antes de sacar conclusiones firmes que se traduzcan en acción. No obstante, agregó, "aún es un buen estudio a tener en cuenta sobre todo desde el punto de vista del grado de saciedad en función del tipo de alimentos ingeridos".

Fuente Original: HealthDay News/HispaniCare
Más información
-American Dietetic Association.

05 febrero 2008

El Glaucoma es la primera
causa de ceguera irreversible

El glaucoma es la segunda causa más frecuente de ceguera en el mundo, después de la Catarata, esto la convierte en la primera causa de ceguera irreversible ya que los pacientes que padecen catarata pueden, mediante una microcirugía, recuperar la visión.
En la Argentina, se calcula que el 20 por ciento de las cegueras evitables son por causa de esta patología.
Esto implicaría alrededor de entre 40.000 y 80.000 personas afectadas cada año. De estas, al menos la mitad no estaría diagnosticada ni tratada.
Esto se debe a que la consulta al médico por lo general se realiza en forma tardía ya que al comienzo de la enfermedad raramente hay síntomas.

Mucho ojo

De acuerdo con el doctor Fernando Martín Cataldi -especialista en esta patología del cuerpo médico de la Clínica de Ojos Dr Nano, ubicada en Buenos Aires- la detección temprana es de suma importancia dado que la pérdida de la visión en la mayoría de los casos puede prevenirse siguiendo un tratamiento adecuado: “El glaucoma es el nombre que recibe un grupo de trastornos oculares, en los que se observa la lesión del nervio óptico, que es la parte del ojo que transmite la información visual del ojo al cerebro”, explicó el profesional
En un ojo sano, en la parte anterior hay un líquido transparente llamado fluido intraocular o humor acuoso. Este fluido fabricado por el cuerpo ciliar provee de oxígeno y nutrientes al cristalino y a la cornea. El humor acuoso sale del ojo por medio de la pupila para luego ser absorbido hacia el torrente sanguíneo. Este sistema de drenaje, es un proceso constante y activo necesario para el buen funcionamiento del ojo.
“En la mayoría de los tipos de glaucoma, el sistema de drenaje del ojo se tapa y el fluido intraocular no puede drenar. Al acumularse, causa un aumento de presión en el interior del ojo dañando el nervio óptico con la pérdida consiguiente de campo visual. Hay además otra serie de factores intervinientes que pueden hacer que una persona pueda padecer glaucoma”, aseguró Cataldi.

Panorama

Por lo general, el glaucoma crónico (la forma más común en nuestra población) no presenta síntomas molestos o dolorosos en su comienzo. Usualmente las personas no se dan cuenta de que padecen glaucoma hasta que el daño del nervio óptico es avanzado y sus consecuencias perceptibles.
Es posible que alguien que lo sufre vea perfectamente, pueda leer o manejar sin problemas, mientras el glaucoma progresa afectando su vista. De hecho, es común la omisión del diagnostico cuando los pacientes adquieren anteojos de cerca sin realizar una consulta oftalmológica.
El doctor Cataldi comentó que “el Glaucoma puede afectar a personas de todas las edades, desde bebés hasta adultos mayores. Sin embargo, tiene más incidencia en aquellas personas mayores de 40 años. El factor de riesgo más importante en el desarrollo del Glaucoma sería la presión ocular elevada. Esto se puede detectar en controles oftalmológicos de rutina. Además entran en el grupo con posibilidad de ser afectado los parientes de personas que lo padecen, los diabéticos y aquellos medicados con corticoide en forma prolongada.”

Solución

Para diagnosticar esta enfermedad, el médico oftalmólogo evaluará durante la consulta diferentes parámetros entre ellos las características del nervio óptico (oftalmoscopía) y la presión intraocular (tonometría). Si el médico considera que ciertos signos pueden estar asociados con el glaucoma, solicitará estudios secundarios como campo visual computarizado, paquimetría (evalúa el espesor corneal) y estudios del nervio óptico.
En el tratamiento el objetivo es controlar la progresión del glaucoma previniendo la pérdida del campo visual y la visión.
Habitualmente se utilizan desde medicamentos en forma de colirios, rayo láser, microcirugía y hasta en algunos casos, dependiendo de las circunstancias individuales de cada paciente, la colocación de un implante valvular que regule la presión. El campo visual, o la visión pérdida, a consecuencia del glaucoma no pueden ser restaurados. A la fecha, no existe cura.