enfermos de Parkinson
El tango se trasladó de las milongas a las salas de terapia de enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson en los últimos años, mientras proliferan los estudios científicos que demuestran que el “dos por cuatro” beneficia la salud, según expertos argentinos.
Más allá del sentimiento de bienestar que provoca bailar tango, está demostrado que mejora la capacidad aeróbica y la coordinación, por lo que puede ser muy útil como complemento terapéutico en algunas dolencias.
Los últimos en utilizar la tradicional danza rioplatense son los enfermos de Parkinson, ya que según un estudio realizado por la Universidad de Washington (Estados Unidos), bailarlo con frecuencia mejora el equilibrio más que otro tipo de actividad física.
En serio
La Escuela de Medicina de la Universidad de Washington realizó un experimento con 19 pacientes con Parkinson que se dividieron en dos grupos: uno realizó ejercicios de movimiento con sillas y el otro empleó ese tiempo en bailar tango. Se descubrió que, si bien ambos mejoraron, los segundos aumentaron más su equilibrio.
El médico argentino Roberto Peidro, uno de los pioneros en esta investigación, dijo que “el dos por cuatro requiere prestar una atención especial a la coordinación, por lo que es muy factible que beneficie a los enfermos de Parkinson”.
Peidro, director del Centro de Vida de la Fundación Favaloro, dirigió en 1999 el primer estudio sobre tango y salud con personas sedentarias y con dolencias cardiacas, en el que se concluyó que bailar una media hora diaria repercute directamente en el aumento de la capacidad aeróbica.
Según explicó, ésta es una característica que también tienen otras actividades físicas como caminar, pero el componente de coordinación que exige el tango aumenta sus beneficios, sobre todo en personas sedentarias.
El especialista matizó que el tango "no es mejor que cualquier otra actividad física", pero sí que otros ejercicios que no potencian la coordinación y otros bailes menos tradicionales: "Si uno baila 'techno' o música disco puede hacer cualquier movimiento, pero en el tango hay que estar pensando el paso que hay que dar".
La clave es la mejoría de la capacidad aeróbica, que según el facultativo puede repercutir incluso en el incremento de la actividad sexual y por tanto la calidad de vida, sobre todo en enfermos cardiacos.
El tango se trasladó de las milongas a las salas de terapia de enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson en los últimos años, mientras proliferan los estudios científicos que demuestran que el “dos por cuatro” beneficia la salud, según expertos argentinos.
Más allá del sentimiento de bienestar que provoca bailar tango, está demostrado que mejora la capacidad aeróbica y la coordinación, por lo que puede ser muy útil como complemento terapéutico en algunas dolencias.
Los últimos en utilizar la tradicional danza rioplatense son los enfermos de Parkinson, ya que según un estudio realizado por la Universidad de Washington (Estados Unidos), bailarlo con frecuencia mejora el equilibrio más que otro tipo de actividad física.
En serio
La Escuela de Medicina de la Universidad de Washington realizó un experimento con 19 pacientes con Parkinson que se dividieron en dos grupos: uno realizó ejercicios de movimiento con sillas y el otro empleó ese tiempo en bailar tango. Se descubrió que, si bien ambos mejoraron, los segundos aumentaron más su equilibrio.
El médico argentino Roberto Peidro, uno de los pioneros en esta investigación, dijo que “el dos por cuatro requiere prestar una atención especial a la coordinación, por lo que es muy factible que beneficie a los enfermos de Parkinson”.
Peidro, director del Centro de Vida de la Fundación Favaloro, dirigió en 1999 el primer estudio sobre tango y salud con personas sedentarias y con dolencias cardiacas, en el que se concluyó que bailar una media hora diaria repercute directamente en el aumento de la capacidad aeróbica.
Según explicó, ésta es una característica que también tienen otras actividades físicas como caminar, pero el componente de coordinación que exige el tango aumenta sus beneficios, sobre todo en personas sedentarias.
El especialista matizó que el tango "no es mejor que cualquier otra actividad física", pero sí que otros ejercicios que no potencian la coordinación y otros bailes menos tradicionales: "Si uno baila 'techno' o música disco puede hacer cualquier movimiento, pero en el tango hay que estar pensando el paso que hay que dar".
La clave es la mejoría de la capacidad aeróbica, que según el facultativo puede repercutir incluso en el incremento de la actividad sexual y por tanto la calidad de vida, sobre todo en enfermos cardiacos.