para evitar los
golpes de calor
De mayor incidencia en personas con exceso de peso, así como también en aquellas mal nutridas, suele presentarse por la práctica de deportes que exigen mucho desgaste y la utilización de uniformes que favorecen el incremento de la temperatura corporal que, en estos casos, puede llegar a superar los 40 grados.
Cuando se habla de las precauciones que hay que tomar durante la temporada estival, generalmente se cree que en los días en que la temperatura alcanza los 30 ó 35 grados hay que tener más cuidado que en otras ocasiones debido a la importante radiación solar.
Sin embargo, los nublados días de verano también representan un riesgo, porque el elevado índice de humedad puede favorecer el desarrollo del golpe de calor, una condición de mayor prevalencia en personas con sobrepeso, producida como consecuencia de la incapacidad del organismo para disipar el calor y regular la temperatura corporal, que puede alcanzar los 42 ó 43 grados.
Panorama
Los principales factores que favorecen el golpe de calor -situación de emergencia que requiere una rápida atención- son las altas temperaturas y la humedad, sobre todo si quien que lo sufre no está correctamente alimentado o no se hidrató lo suficiente antes, durante y después de realizar una actividad deportiva.
"Las personas obesas pero también las que están mal nutridas y los niños son los principales blancos del golpe de calor; aunque no debemos olvidar a los deportistas profesionales o amateurs que muchas veces realizan una actividad en un horario no recomendando y luciendo calurosos uniformes. En el caso de los que salen a hacer un deporte por 'hobbie', otro punto a tener en cuenta es la falta de entrenamiento. Sobre esta cuestión, vale aclarar que para practicar actividad física en verano es importante 'aclimatarse', es decir comenzar progresivamente para ir acostumbrándose al calor y a la sudoración", explicó el doctor Norberto Debbag, médico argentino cardiólogo, especialista en Deportología.
¿Cómo actuar?
Ante la aparición de las primeras manifestaciones de cansancio y agotamiento, lo más recomendable es trasladar a la persona afectada a la sombra, para que pueda calmarse en un lugar fresco.
Colocar la cabeza en alto e ingerir agua con sal son los pasos siguientes, aunque también es necesario prestar atención a la manifestación de otros síntomas entre los que se encuentran la desorientación, la confusión, las convulsiones, la irritabilidad, los mareos, las convulsiones con pérdida de conocimiento y el enrojecimiento de la piel que también suele estar mucho más caliente y seca.
Debido a que no existe un tratamiento farmacológico efectivo, las medidas de atención primaria tendientes a lograr el "enfriamiento" resultan el mejor abordaje que, en lo posible, debe ser inmediato y estar supervisado por un médico.
El principal problema de dilatar la asistencia radica en el riesgo a posteriori, pues cuando la temperatura aumenta demasiado, las células del organismo comienzan a fallar pudiendo provocarse daño cerebral, edema pulmonar, insuficiencia renal o lesiones cardíacas: "Cuando la temperatura del cuerpo -que debe tomarse preferentemente por la vía rectal- alcanza los 42 grados, el estado es crítico. Para remediarlo es fundamental 'enfriar' al paciente utilizando paños fríos y una bañera con agua o hielo. Por lo general, con estas acciones, la temperatura suele descender hasta los 38 ó 39 grados en 15 ó 20 minutos, en cuyo caso hay que envolver a la persona en una toalla y concurrir al médico que deberá evaluar los signos vitales y el estado neurológico", detalló el doctor Debbag.
Los más chiquitos
Debido a la incapacidad de los bebés y niños más pequeños de manifestar su molestia e incomodidad ante un determinado factor externo como puede ser el calor, es vital prestar especial atención a la coloración de la piel, por ejemplo.
"En los niños, el síntoma fundamental es la aparición del aumento de la temperatura, que se denomina hipertermia, porque sube por efectos del calor local y no de mecanismos propios del chico, como es el caso cuando tiene fiebre. Aunque cabe destacar que lo más importante es 'trabajar' en la prevención, teniendo en cuenta que el mayor riesgo radica en que la transpiración de los niños -menor que la del adulto- es excesiva si se compara con su superficie corporal", enseñó el doctor Carlos Wahren, integrante del servicio de Clínica Pediátrica Ambulatoria del Hospital Italiano de Buenos Aires (HIBA).
Asimismo, el especialista recomendó "mantener a los chicos en la sombra, cuidando especialmente la ingesta de líquido. Con respecto a la alimentación es favorable que no coman en cantidad pero que ingieran frutas y alimentos salados que les permitan mantener el líquido que toman".
Finalmente, en el caso de los lactantes, lo fundamental es cuidar la alimentación e hidratación de la mamá.
Más información:
- Fundación Cardiológica Argentina (FCA): http://www.fundacioncardiologica.org/
- Fundación Cardiológica Argentina (FCA): http://www.fundacioncardiologica.org/
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Muy importante
*Aumentar la ingesta de líquidos para favorecer la hidratación
* Evitar la actividad deportiva en horas pico
* Procurar no utilizar ropa de colores oscuros o telas pesadas
* Ingerir frutas
* Cuidar a los chicos con gorros y ropa liviana
* Descansar a la sombra
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Muy importante
*Aumentar la ingesta de líquidos para favorecer la hidratación
* Evitar la actividad deportiva en horas pico
* Procurar no utilizar ropa de colores oscuros o telas pesadas
* Ingerir frutas
* Cuidar a los chicos con gorros y ropa liviana
* Descansar a la sombra
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