27 agosto 2008

Traumatología

La práctica deportiva contribuye
a mejorar los cuadros de escoliosis

Los problemas de postura contribuyen al desarrollo de dolores musculares que a menudo pueden ser "la punta del iceberg" para llegar a la detección de afecciones más complejas como la escoliosis, una osteopatía que de acuerdo con la información proporcionada por diferentes sociedades, suele presentarse al comenzar la adolescencia -aproximadamente el 80 por ciento de los casos- y cuya característica principal es el desarrollo de una curva en la columna vertebral que da el aspecto de "s" hacia los lados y difiere de la "línea media" en la cual debería situarse.
"La escoliosis es una desviación de columna de causas desconocidas que suele manifestarse durante la preadolescencia, es decir antes que los chicos tengan su 'estirón'. De aparición generalmente alrededor de los 12 años, en estos casos, la afección recibe el nombre de escoliosis idiopática, uno de los tipos más frecuentes", explicó el doctor Alejo Vernengo Lezica, médico traumatólogo e integrante del servicio de Desviación de Columna del Hospital de Niños de San Isidro, en el Gran Buenos Aires.

Deportes y más

"Cuando la curvatura es menor a los 20 grados, solemos optar por la realización de determinadas actividades físicas como por ejemplo natación. Si, en cambio, la columna se encuentra desviada entre 20 y 40 grados, la solución es la utilización de un corsé durante todo el día, sobre todo en los casos de chicos que se encuentran en plena etapa de crecimiento. En los cuadros más extremos en los cuales la desviación supera los 40 grados, hay que recurrir a tratamientos quirúrgicos", detalló el doctor Vernengo Lezica.
No obstante, más allá de las herramientas que se utilizan en cada caso particular, principalmente en los adolescentes, es muy importante llevar adelante un seguimiento de la evolución del paciente, sobre todo porque el tratamiento suele basarse en la práctica de deportes.
En este punto, hay que destacar dos cosas. Por un lado, que las actividades deben ser las recomendadas por el especialista, quién además será el encargado de explicarle al paciente la segunda consideración: en qué medida debe realizarse el ejercicio, cuántas veces por semana y con qué intensidad. Asimismo, el médico será quién deba evaluar los avances obtenidos o considerar el cambio de actividad. En muchos casos, se suele sugerir tomar clases de Expresión Corporal, que ha dado sobradas muestras de corregir casos de malas posturas.
En cuanto a la utilización de un corsé para la espalda, si bien éstos no detienen el avance de la curvatura, cumplen con el objetivo de realizar presión sobre la columna para poder "enderezarla", con el beneficio agregado de que pueden ajustarse, adaptándose al crecimiento del paciente.

El abordaje

La primera consulta debe concretarse ante la aparición de los primeros síntomas o signos: hombros disparejos; clavículas, costillas u omóplatos prominentes; cintura dispareja; inclinación hacia un costado; caderas elevadas; diferencia entre la cabeza y la pelvis (parecen no tener simetría) y dolores crónicos en la espalda.
Durante el encuentro, el especialista deberá llevar a cabo un examen físico completo durante el cual el paciente realizará determinadas pruebas de flexión con el objetivo de determinar el grado de curvatura de su columna.
La segunda etapa del diagnóstico consiste en la realización de radiografías para evitar equivocaciones. Finalmente, una vez que el médico obtiene conocimiento real acerca de la dimensión de la desviación, se decide el tratamiento a seguir.

Tipología

La afección puede clasificarse en tres grandes grupos, dependiendo cuáles sean las razones que intervienen en su desarrollo:
- En primera instancia se encuentra la paralítica o neuromuscular que está asociada a disfunciones musculares o afecciones como la parálisis cerebral;
- luego la congénita que obedece a malformaciones de la columna;
- por último la idiopática sobre la cual no hay causas puntuales y que a su vez puede dividirse -según la edad del paciente- en infantil, hasta los tres años de vida; juvenil, entre los 4 y los 10 o adolescente, luego de los 11 y hasta los 17.
"La escoliosis ideopática es la más frecuente, pues un porcentaje cercano al 85 por ciento de los casos se puede encuadrar en la mencionada caracterización", añadió el especialista.
En cuanto a la diferencia entre ambos sexos, el doctor Vernengo Lezica señaló que "por lo general, la aparición de la escoliosis suele ser más habitual en las chicas. Si bien no se conoce la razón de la diferencia, lo cierto es que actualmente la relación entre mujeres y hombres es tres a uno".

Más información:
- Asociación Argentina de Ortopedia y Traumatología:
http://www.aaot.org.ar