12 julio 2006

TRASTORNO DEL EQUILIBRIO

Casi 50% de los mareos se
pueden curar sin medicación

Un problema muy común en mayores de 65 años de edad


Esa incómoda sensación de ‘la cabeza me da vueltas’ o ‘todo me gira’, por la que el 40 por ciento de las personas consultó o consultará al médico al menos una vez a lo largo de su vida, puede desaparecer en el 45% de los casos con un sencillo tratamiento.
Sin embargo, muchos pacientes se habitúan a vivir con sus mareos, que afectan su calidad de vida y limitan sus movimientos, en vez de buscar una solución.
“Hay personas que conviven con esta sensación. Aprenden a no hacer aquello que la origina, pero si se olvidan y sobreviene el mareo (por ejemplo, al subirse a una escalera para cambiar una bombilla de luz), se desestabilizan con riesgo de caerse”, explicó el doctor Guillermo Videla, a cargo de Neurootología en EquilibrAR, Centro para el Tratamiento de Trastornos del Equilibrio.
Un reporte de los Institutos Nacionales de Salud de los EE.UU. señaló que aproximadamente 90 millones de estadounidenses mayores de 17 años han tenido alguna vez un trastorno del equilibro o vértigo.
“Es un sufrimiento innecesario: la mitad de los mareos se debe a un problema en el oído interno, llamado Vértigo Posicional Paroxístico Benigno (VPPB), que en el 90% de los casos se resuelve con maniobras de reposicionamiento. No requiere medicación alguna, y se cura en una o dos consultas”, afirmó el especialista, formado en el Balance Center del Baylor College en Houston, EE.UU.
A menudo, quienes padecen esta condición no encuentran una respuesta adecuada porque no saben adónde acudir. “Para llegar al diagnóstico se suelen recorrer varios consultorios. Uno de los más visitados es el de traumatología, por el mito de que ‘las cervicales’ ocasionan mareos. Ese es un gran error; a lo sumo, éstas duelen por la posición adoptada para evitar el vértigo, pero no lo provocan”, enfatizó el médico.
Y agregó que “también se visita al clínico, al oftalmólogo, al neurólogo, al gastroenterólogo, e incluso al psiquiatra. Cabe recordar que nuestra especialidad, la neurootología, es muy reciente.”
Para evitar ese peregrinaje y la falta de coordinación entre especialidades, surgieron los centros para trastornos del equilibrio: “Conocidos como ‘balance centers’ en los EE.UU., poseen equipamiento específico y personal entrenado para detectar y tratar los mareos en forma interdisciplinaria, algo difícil de lograr en un hospital o sanatorio”, informó el especialista.

El otro vértigo

A menudo se identifica al ‘vértigo’ con una sensación de miedo a las alturas, que produce malestar, sensación de inseguridad y de que fallan las piernas, con temor a una caída.
No obstante, esta problemática es un trastorno de ansiedad llamado ‘acrofobia’ (‘miedo a los extremos’), sumamente común en la población general, y aunque no suele constituir un riesgo ni alterar la vida de las personas, su tratamiento puede requerir el uso de fármacos y ansiolíticos.
Para la medicina, el vértigo es una alucinación en la percepción del movimiento, donde el paciente siente que las cosas dan vueltas alrededor suyo o que él gira alrededor de las cosas.En la Argentina, hasta el momento, la única entidad de este tipo es EquilibrAR, que cuenta con neurólogos, neurootólogos, otoneurólogos, terapistas físicos y técnicos neurofisiólogos que trabajan en conjunto. Dispone de los últimos avances tecnológicos para realizar un diagnóstico certero y una rehabilitación satisfactoria del paciente con trastorno del equilibrio.
“En más de la mitad de los casos se trata de VPPB, que podemos curar en su mayoría gracias a determinadas maniobras que efectúa el neurólogo experimentado en este tipo de patología”, declaró el médico. “Muchos quedan curados en la primera consulta”.

Vértigo Posicional

El Vértigo Posicional Paroxístico Benigno genera mareo, inestabilidad, ‘cabeza vacía’, la sensación de estar ebrio y caminar sobre algodones. Se desencadena ante determinados movimientos: levantarse o girar sobre la cama, extender el cuello o inclinarse para mirar hacia arriba o atrás (por ejemplo, al tender la ropa o lavarse el cabello en la peluquería). Suele presentarse durante algunas semanas, desaparecer y luego retornar.
El origen del VPPB se encuentra en el sistema vestibular, alojado en el oído interno. Allí, un delicado laberinto contiene cristales u ‘otoconias’ que se mueven con los cambios de posición, indicándole al cerebro la ubicación del cuerpo para mantener el equilibrio. En ocasiones (incluyendo traumatismos, migrañas y otras), esos cristales se desprenden y flotan libremente dentro de los canales del oído interno, enviando mensajes confusos que se traducen como vértigo.

Anatomía del oído interno

Centro del equilibrioLas maniobras de reposicionamiento consisten en movimientos que desplazan las otoconias al lugar correcto del oído interno, tras lo cual el paciente vuelve a la normalidad.
No existen factores de riesgo importantes para padecer VPPB, aunque hay indicios de que traumatismos, lesiones en la cabeza, infecciones en el laberinto del oído o migrañas podrían favorecer el desprendimiento de los cristales.

En los mayores de 65 años

El VPPB es la principal fuente de caída de causa intrínseca en los mayores de 65 años, y dos tercios de los pacientes con fractura de cadera tienen mareos.
“Subsiste el mito de que éstos ‘son parte de la vejez’, en parte por ser el tercer motivo de consulta más frecuente en este grupo etario. Pero es preciso identificar el origen del trastorno del equilibrio y tratarlo, porque no sólo se altera la calidad de vida, sino que puede traer severas consecuencias: la fractura de cadera tiene una elevada tasa de mortalidad en los ancianos”, subrayó el doctor Videla.

Otras causas:

El control del equilibrio depende de 3 sistemas que proporcionan información al cerebro: la visión, la propiocepción (receptores nerviosos en los músculos, articulaciones y ligamentos) y el sistema vestibular del oído interno. Cuando los datos son contradictorios o alguno de los sistemas no funciona de manera correcta, aparece el vértigo y la inestabilidad.
Una gran variedad de patologías afectan su funcionamiento (desde trastornos a nivel del oído interno y sistema vestibular hasta compromiso del sistema nervioso central y neuropatías), con síntomas similares: náuseas, vómitos, vértigo e inestabilidad; aunque su tratamiento suele ser totalmente diferente.
Entre las causas menos frecuentes se encuentran: alteraciones del oído interno (neuronitis vestibular o laberintitis, generalmente por una infección); enfermedad de Ménière (aumento de la presión a nivel del oído interno), y más raramente, tumores, accidentes cerebrovasculares, esclerosis múltiple, y otros.


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