15 mayo 2007

OFTALMOLOGIA

La importancia de cuidar la
salud ocular durante el embarazo

Las mujeres que presentan alguna condición preexistente, como glaucoma o diabetes, deben poner a su oftalmólogo al tanto de su estado. La hinchazón, los cambios refractivos, la sensibilidad a la luz y la incomodidad al ponerse los lentes de contacto son algunas de los primeros indicadores de que puede haber un problema.

El embarazo es un período de la vida de una mujer durante el cual es importante tomar todos los recaudos necesarios, no sólo por el bebé, sino también por el bienestar de la madre durante los nueve meses y después de producido el nacimiento.
Además de la alimentación, la actividad física, y la realización de todos los controles necesarios, la salud ocular es un punto a tener en cuenta.
De acuerdo con los especialistas del centro estadounidense Prevent Blindness America, hay problemas visuales que pueden manifestarse como consecuencia de la concreción del embarazo, ya sea que existieran previamente o no.

Revelaciones


Entre los primeros síntomas de que algo está pasando se encuentran la sequedad de los ojos, la incomodidad al colocarse lentes de contacto, los cambios refractivos, la sequedad ocular y la sensibilidad a la luz.
Todos ellos deben ser tenidos en cuenta para poder realizar la consulta correspondiente con el especialista: "Las mujeres que tienen afecciones preexistentes -por ejemplo, glaucoma, hipertensión o diabetes- deben avisarle a su oftalmólogo si están embarazadas o planean estarlo para que el médico controle y esté atento a cualquier cambio que pueda producirse y que afecte la calidad de la visión", postuló el doctor Daniel Garrett, integrante del mencionado centro de salud norteamericano.
Por su parte el doctor Robert Kaufer, director del Centro de Ojos Kaufer, de Buenos Aires dijo que "es posible que durante el embarazo se produzcan determinadas fluctuaciones en la visión que son normales, dado que son consecuencia de los cambios hormonales característicos de ese período, así como también de la retención de líquido".
De acuerdo con ese especialista, los cambios propios del período de gestación pueden provocar "modificaciones en la calidad visual que, por lo general, se revierten después del nacimiento del bebé. Por ejemplo, a una mujer que ya era miope, puede ser que se le incremente la gradación de su miopía".
No obstante, es importante señalar que si bien la realización de la consulta oftalmológica no debe descartarse durante el embrazo, hay una gran cantidad de mujeres que no sufren ningún tipo de alteración.

Alertas

Uno de los cambios más frecuentes es la visión borrosa: "Lo que puede pasar es que la mujer siente que desde que está embarazada ve un poco más borroso de lejos pero, de cualquier manera, el cambio es muy sutil", especificó Kaufer a la agencia Pro-Salud News.
En el caso de las mujeres que presentan condiciones previas, según Kaufer, "es conveniente esperar a que el embarazo termine. No es recomendable operar o realizar un tratamiento en una mujer que está embarazada o en período de lactancia porque siempre hay que esperar que la condición se revierta después del nacimiento del bebé".
Por su parte, los profesionales del Prevent Blindness America enumeraron los principales cambios que pueden producirse y sus características principales:
- Cambios refractivos: Como consecuencia del cambio en el nivel hormonal que se genera durante el embarazo, puede afectarse la fórmula que una mujer necesita para sus lentes de contacto o anteojos.
- Sequedad ocular: Por lo general, después del parto esta condición se revierte. No obstante, en los nueves meses, suele ayudar mucho la utilización de algún colirio o gotas lubricantes indicadas por el especialista.
- Sensibilidad a la luz: Esta condición suele aparecer como consecuencia de las migrañas que se generan por los cambios a los que se somete el cuerpo. Lo que hay que tener en cuenta es la importancia de consultar con el médico antes de tomar algún medicamento.
- Aparición de manchas o visión borrosa: Estos signos podrían ser indicadores de un cuadro de hipertensión ocular, situación que puede provocar un desprendimiento de retina. Por eso es importante que todas las mujeres que tengan diabetes, o aquéllas que estén embarazadas, se sometan a un completo examen de pupila dilatada.