18 julio 2008

Nunca es muy tarde para comenzar a cuidarse

"Los viejos hábitos son difíciles de modificar", reza una conocida frase de una canción. Sin embargo, un nuevo estudio realizado por profesionales estadounidenses demuestra que modificar determinadas costumbres, aún a edad avanzada, redunda en importantes beneficios.
"Mediante nuestra investigación hemos demostrado que adhiriendo a lo que denominamos los 'cuatro hábitos saludables para el cuidado de la salud', es posible reducir el riesgo de sufrir eventos cardíacos 35 por ciento, y el riesgo de muerte 40 por ciento. Pero la otra buena noticia es que esto no sólo sirve para los más jóvenes sino también para aquellas personas que pasaron los 40 años", declaró el doctor Dana King, profesor de medicina en la Universidad Carolina del Sur, y líder de la experiencia que se prolongó durante cuatro años y de la cual participaron 16 mil hombres y mujeres de entre 45 y 64 años involucrados en el Atherosclerosis Risk in Communities Study (Estudio del Riesgo de Aterosclerosis en las Comunidades).
"Nunca es demasiado tarde si los cambios comienzan ya", reforzó el doctor King en las conclusiones del estudio que forman parte de la reciente edición de la publicación especializada The American Journal of Medicine, haciendo referencia a los cuatro puntos más importantes:
-ingerir aproximadamente cinco porciones de frutas y verduras por día;
- ejercitarse al menos dos o tres horas por semana;
- mantener un peso saludable
- no fumar.
"Los sujetos inactivos son 10 años más viejos que los que hacen más ejercicio", explica un trabajo publicado en el último número de la revista Archives of Internal Medicine.
Este efecto, que no se pudo explicar por la presencia de otros factores que favorecen el envejecimiento, como el tabaco o el índice de masa corporal, era además acumulativo e independiente de la edad: “Hacer ejercicio con frecuencia atenúa los efectos del paso del tiempo y rejuvenece a los que lo practican hasta 10 años en comparación con los amantes del sofá y la televisión”, recalcaron científicos del King’s College London.

Opiniones

Con el objetivo de abundar sobre la combinación entre un estilo de vida más saludable y los beneficios a largo plazo, la doctora Mónica Katz, médica especialista en Obesidad, directora del Centro de Prevención y Tratamiento del Sobrepeso de la Fundación Favaloro de Buenos Aires afirmó que "la actividad física baja el riesgo total de enfermedades cardiovasculares; metabólicas; el riesgo de muerte relacionada con cáncer; la hipertensión arterial tanto diastólica como sistólica y el colesterol total, entre otras cosas. Por ejemplo, provoca un aumento de colesterol HDL y genera menor grasa abdominal baja, entonces mejora el riesgo cardiovascular y el metabólico de diabetes".
Por su parte, y en la misma línea, el doctor Julio Vallejos, médico cardiólogo, coordinador del Departamento de Prevención de Enfermedades Cardiovasculares del Instituto de Cardiología de la ciudad de Corrientes (Argentina), postuló que "haciendo ejercicio físico y cuidando la alimentación no sólo es posible disminuir el nivel de colesterol malo, sino también aumentar el colesterol bueno, además de evitar la reganancia de peso, algo fundamental a la hora de encarar un tratamiento".

Experiencia previa

Algunos años antes, en 2002 se habían publicado en la revista Circulation los resultados de una investigación similar, realizada desde 1986, en la cual el equipo encabezado por la doctora Stephanie Chiuve de la Escuela de Salud Pública de Harvard consideró el efecto positivo de seguir determinados hábitos saludables en una población exclusivamente masculina de entre 40 y 75 años: "Encontramos que cuántos más hábitos saludables se tengan, mayores serán los beneficios. Por ejemplo, si una persona se alimenta bien tiene 54 por ciento menos de probabilidades de sufrir afecciones cardíacas que una que no lo hace. Ahora si a eso le sumamos no fumar, la cifra alcanza el 78 por ciento", refirió la doctora Chiuve, quién además aclaró que los parámetros a evaluar fueron "una dieta saludable pero no sólo rica en frutas o vegetales sino también en granos y pescado; la realización de ejercicio físico; el tabaquismo; el mantenimiento del peso ideal y el consumo de alcohol".
Ésta última instancia fue la única diferencia entre la investigación anterior y la actual denominada por su líder, el doctor King como el "turning back the clock study" (volver el reloj atrás).

Más información:
- The American Journal of Medicine:
http://www.amjmed.com
- Circulation:
http://circ.ahajournals.org