24 julio 2008

Pediatría

Niños con tos: lo mejor
es la miel

La tos es uno de los síntomas más frecuentes y una de las principales causas de consulta pediátrica. Demasiadas veces los niños con tos son tratados con antitusígenos, mucolíticos y antibióticos. Sin embargo la tos sin fiebre ni decaimiento, no necesita estos medicamentos porque sirve como sistema de limpieza de las vías respiratorias, los conductos por donde pasa aire desde la nariz hasta los pulmones.
Cuando el niño es contagiado por un microbio, virus o bacteria, cosa que sucede con mucha frecuencia en los meses fríos del año (los microbios son expulsados al hablar, estornudar o toser) el chico produce como primera defensa una película de moco en las paredes de las vías respiratorias. Este moco actúa como una barrera para impedir que el microbio invasor se multiplique y penetre en el individuo sano.

La verdad


Dependiendo del tipo de microbio, el moco se elimina con la tos o, lo que es más frecuente, tragado hasta el estómago, donde ya no hace daño. Por tanto, la tos unas veces impide que el moco de la nariz y garganta pase al pulmón, otras limpia las vías respiratorias inferiores situadas en el pulmón. Gracias a la tos, muchos niños con catarro no tienen bronquitis ni neumonía.
Sin embargo los niños reciben con mucha frecuencia medicamentos para combatir la tos. No debería eliminarse la tos, debe tratarse cuando ello sea posible la causa que la produce, no el síntoma.
Existen en el mercado farmacéutico múltiples medicamentos utilizados como antitusígenos, productos que a dosis altas pueden tener efectos contraproducentes y tóxicos, cuyo empleo muy pocas veces está justificado. Sin embargo, la miel es muy útil para aliviar la tos, efecto que ya conocían nuestros padres y abuelos.
Un estudio, publicado en la revista científica Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine (diciembre 2007), confirmó que unas cucharadas de miel es tan eficaz o mejor que el dextrometrofano, el compuesto que contienen las gotas, jarabes y supositorios utilizados para la tos; además la miel puede utilizarse tanta veces como se quiera y no tiene ningún efecto secundario.
Los pequeños con tos -pero sin fiebre- que juegan y no están decaídos, no necesitan por tanto jarabes fluidificantes del moco, antibióticos ni antitusígenos. Agua abundante, humedad en el ambiente y miel es seguramente lo adecuado y suficiente. No se deje influenciar por las publicidades ni por los consejos de personas interesadas en venderle jarabes.
Sin embargo, en algunas ocasiones la tos puede necesitar otros tratamientos, no antitusígenos, por ejemplo cuando se acompaña de fiebre y decaimiento o cuando hay pitos o silbidos y dificultad al respirar. En estas situaciones se pueden necesitar antibióticos o medicamentos para dilatar los bronquios. En estos casos la prescripción del tipo y dosis de fármacos, lógicamente debe realizarla un médico.

Doctor Juan Casado

Profesor de Pediatría de la
Universidad Autónoma de Madrid.