El consumo diario de soja
disminuye la cantidad de espermatozoides
Reduce los sofocones de la menopausia, regula la tasa de azúcar en sangre y, entre otras cosas, puede ayudar a prevenir el cáncer de próstata. La soja contiene más de veinte aminoácidos esenciales, antioxidantes, vitaminas y minerales, entre sus componentes. Sin embargo, la isoflavona, uno de sus compuestos naturales esenciales, está asociada a la disminución de las concentraciones de esperma, según sugiere un estudio publicado en la revista Human Reproduction.
Los hombres que ingieren alrededor de media ración de soja al día u otros alimentos derivados de la misma, segregan cantidades inferiores de espermatozoides que aquellos que no consumen esta legumbre de forma habitual. Es la conclusión de un estudio coordinado por el profesor Jorge Chavarro, de la Escuela de Salud Pública de Harvard (EE.UU.), basado en los componentes naturales que actúan como los estrógenos.
¿Cómo?
Los investigadores tomaron como referencia un grupo de 99 pacientes que habían acudido con sus parejas a un centro de fertilidad de la ciudad de Massachusetts entre los años 2000 y 2006. A los pacientes se les sometió a un cuestionario que identificó sus hábitos de vida, alimentación y su actividad sexual.
Los participantes de la muestra eran hombres de una media de 36 años, un 72 por ciento presentaba sobrepeso u obesidad, la mayoría de ellos no había fumado nunca y sólo un 42 por ciento tenía un esperma con fluidez y características completamente normales.
Para calcular la incidencia de la isoflavona de la soja en las disfunciones se analizó el esperma de los participantes, comprobando la movilidad y la morfología de los espermatozoides, así como su concentración y volumen.
Los científicos descubrieron que los pacientes que consumían una mayor cantidad de soja, es decir, alrededor de media ración de productos elaborados con la legumbre de forma diaria, segregaban 41 millones de espermatozoides menos que los que no la incluían en su dieta (con una concentración de entre 80 y 120 millones por mililitro).
Además, se observó que el perjuicio de esta alimentación era mucho mayor en los varones de la muestra que sufrían sobrepeso u obesidad. Según el equipo investigador, puede deberse a que los hombres con niveles elevados de grasa corporal tienden a producir más cantidades de estrógenos que los de menor peso.
El exceso de fitoestrógenos está considerado la primera causa de infertilidad en el mundo animal, sobre todo, cuando se da en el periodo perinatal. Las consecuencias de la sobrealimentación de vegetales ricos en isoflavona hace que los mamíferos acarreen menores tasas de testosterona, con la disminución de la espermatogénesis y un comportamiento más agresivo.
Reduce los sofocones de la menopausia, regula la tasa de azúcar en sangre y, entre otras cosas, puede ayudar a prevenir el cáncer de próstata. La soja contiene más de veinte aminoácidos esenciales, antioxidantes, vitaminas y minerales, entre sus componentes. Sin embargo, la isoflavona, uno de sus compuestos naturales esenciales, está asociada a la disminución de las concentraciones de esperma, según sugiere un estudio publicado en la revista Human Reproduction.
Los hombres que ingieren alrededor de media ración de soja al día u otros alimentos derivados de la misma, segregan cantidades inferiores de espermatozoides que aquellos que no consumen esta legumbre de forma habitual. Es la conclusión de un estudio coordinado por el profesor Jorge Chavarro, de la Escuela de Salud Pública de Harvard (EE.UU.), basado en los componentes naturales que actúan como los estrógenos.
¿Cómo?
Los investigadores tomaron como referencia un grupo de 99 pacientes que habían acudido con sus parejas a un centro de fertilidad de la ciudad de Massachusetts entre los años 2000 y 2006. A los pacientes se les sometió a un cuestionario que identificó sus hábitos de vida, alimentación y su actividad sexual.
Los participantes de la muestra eran hombres de una media de 36 años, un 72 por ciento presentaba sobrepeso u obesidad, la mayoría de ellos no había fumado nunca y sólo un 42 por ciento tenía un esperma con fluidez y características completamente normales.
Para calcular la incidencia de la isoflavona de la soja en las disfunciones se analizó el esperma de los participantes, comprobando la movilidad y la morfología de los espermatozoides, así como su concentración y volumen.
Los científicos descubrieron que los pacientes que consumían una mayor cantidad de soja, es decir, alrededor de media ración de productos elaborados con la legumbre de forma diaria, segregaban 41 millones de espermatozoides menos que los que no la incluían en su dieta (con una concentración de entre 80 y 120 millones por mililitro).
Además, se observó que el perjuicio de esta alimentación era mucho mayor en los varones de la muestra que sufrían sobrepeso u obesidad. Según el equipo investigador, puede deberse a que los hombres con niveles elevados de grasa corporal tienden a producir más cantidades de estrógenos que los de menor peso.
El exceso de fitoestrógenos está considerado la primera causa de infertilidad en el mundo animal, sobre todo, cuando se da en el periodo perinatal. Las consecuencias de la sobrealimentación de vegetales ricos en isoflavona hace que los mamíferos acarreen menores tasas de testosterona, con la disminución de la espermatogénesis y un comportamiento más agresivo.